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No voy a contar nada sobre este libro, ya que es una siguiente parte, y no quiero hacer spoiler. Lada es uno de los personajes que más me encantan (no en este libro, hablo en general). Es un personaje fuerte y malvado y nunca quiere dar a entender lo contrario. Es mala y no lo niega, no le importa lo que piensen de ella. El deber, la moral y el feminismo siempre están presentes en ella. Aunque parezca que es malísima, tiene su lado vulnerable: llora, es generosa, incluso "algo" romántica. Por otro lado está Radu, que es totalmente opuesto a ella. Es inteligente y emocional, y siempre muestra ese corazón de oro. Lo que hace que, a veces, lo lastimen. Es imposible no adorar a este personaje. Hay un momento de Radu, en el que se tiene que dividir, aunque él no quiera. Pero su religión, su sexualidad, no le permite no hacer otra cosa aunque con ello sufra. Ambos están separados en este libro, por respectivos motivos, pero eso no hace posicionarte sobre uno u otro personaje. Tanto Lada como Radu son adorables y llegas a entender sus motivos, no puedes odiar a uno y amar a otro. O amas a ambos o los odias (al menos eso me pasa a mí). Es una historia igual de intensa que el primero. La política, religión, sexualidad siguen estando presentes. Valentía, fuerza y amor, entre otros adjetivos. |
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