Este libro es el segundo de la Rebelión de Camelot y he de decir que aunque me ha gustado, no ha estado a la altura del primero. Esto se debe a algo que he visto que pasa mucho con los segundos libros, ya sean de fantasía, de thriller... y es que son libros de transición. Su trama particular es floja y no esta desarrollada con profundidad y su trama general se basa básicamente en pasar del punto A (dónde nos dejo el primer libro) al punto B (dónde empieza el tercer libro) Al menos en esta novela tenemos una buena construcción de los personajes, sobre todo de Ginebra, a la cual conocemos mucho más y la vemos evolucionar mucho, pasando de esa muchacha llena de inseguridades y con muchos dudas a alguien que se acepta a si misma, tiene más seguridad y que siente que ha encontrado un hogar. Aunque no es oro todo lo que reluce y seguro que la autora se guarda un par de ases bajo la manga que la harán plantearse muchas cosas. A pesar de se un libro- puente, lo cierto es que al trama tiene suficientes giros y misterios para resultar entretenida, su mayor problema es que algunos se ven venir y que no tiene un hilo principal claro desde el principio (por ser una transición). De todas formas, esto suele pasar, el libro se lee de un tirón pese a todo y la trilogía sigue teniendo muy buena pinta, así que seguiré en el barco mucho más. |