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Una reescritura del cuento de Caperucita Roja desde la perspectiva de género y desprovista de todo poso patriarcal muy en acorde de lo que debería esperarse de nuestra sociedad actual. La madre de Leroy LeRouge cocina se empeña en cocinar unas magdalenas tan saludables como poco apetitosas. Por ejemplo, de guisantes con raspas de pescado o de espinacas con coliflor y cangrejo. A Leroy no le gustaban nada de nada y por eso cada vez que su madre le proponía visitar a su abuela para que le llevara unas cuantas era un día especial. Además, la abu era muy amable y generosa y le había regalado muchas chaquetas. Una de las favoritas de Leroy era una de color rojo con capucha, lacitos yvolantes, por lo que se le conocía como . Un día que la madre de Leroy le pidió que fuera de visita a casa de su abu se encontró con un lobo. A pesar de las advertencias de su familia, Leroy le dio conversación y así empezó a mostrar su personalidad. Niño y lobo establecen un diálogo donde Leroy, lejos de amilanarse o responder de mala manera intente hacer ver al lobo que no hay ropa diferente para niños y niñas. Algunas prendas nos hacen sentir mhttps://librosjuveniles.blogspot.com/2023/06/wallace-west-texto-e-ilustraciones-y.htmlejor, más "poderosos", como es el caso de su caperuza roja. No será nada fácil, el lobo seguirá a Leroy hasta casa de su abu intentando convencerle que debe vestir de otra manera. Allí es donde el discurso de Leroy se refuerza con el apoyo de su abuela. Al final, el lobo ha recibido bastante información y es entonces cuando es libre de decidir seguir con sus ideas o poner en práctica lo que nieto y abuela le han contado. La clave está en ser amable y respetuoso. Este álbum es de fácil lectura y muy recomendable para lectores de todas las edades que destaca la importancia del diálogo, la empatía y también la resiliencia para abordar temas que todavía se consideran tabú y que conforman nuestra personalidad. |
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