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Un escalofriante relato acerca de la toma de decisiones, de el solido deseo de rehuir las responsabilidades. Durante la infancia del protagonista un sueño, una realidad, una fantasía, una intencionalidad, una necesidad de escape o algo como eso, es decir cualquier cosa. le coloca… lógico, a través de la puerta en el muro un mundo irrealmente hermoso, de donde no desearía retirarse, pero una chispa de realidad lo sustrae del mismo, con la promesa de poder regresar cuando así lo desee. Y como siempre sucede, lo urgente no deja lugar para lo importante, mucho menos para ese goce absoluto, que en el competitivo mundo se considera una pérdida de tiempo, de la forma que sea, la puerta sigue al alcance de la mano, nunca fija, siempre parece acompañar al protagonista, lo cual le causa más aprensión que tranquilidad. El sólo pensar que cruzar esa puerta le sustraiga de aquello que otros consideran su responsabilidad y el se ve obligado a cumplirla. Esta puerta es aquella que suele denominarse la falsa, pero…al igual que el protagonista me cuestiono, en cuantas ocasiones no es la verdadera, no es la indicada para dar un rumbo diferente a muchas vidas… tal vez incluso la mía. Para el protagonista la puerta resulta real y palpable, para otros basta con imaginarla, con desearla…créanme la puerta siempre esta ahí, Pero en verdad deseas cruzarla? Y si es así Cuando y Cómo? Escrito de manera atractiva, el asunto es realmente muy trascendental. La puerta sigue ahí… tenedlo en cuenta |
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