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Desde que empecé a leer de nuevo por puro placer, en que conocí la existencia de los retos literarios, mi preferencia a la hora de escoger un libro para cumplir con ellos ha sido que fueran obras clásicas, obras que considero básicas e importantes, que en ocasiones han influido en la literatura posterior. Este es el caso de esta novela, precursora en muchos aspectos del género de ciencia ficción, al que su origen victoriano le hacía más atractivo para la lectura. En esta ocasión lo he utilizado para un sólo reto (52 week book club #36: narrador desconocido) y, al iniciar su lectura en este mes de octubre, me ha servido para incluirlo en la iniciativa #victober, que por causas misteriosas no conocía de su existencia, siendo su único requisito que fuera criatura victoriana. En esta ocasión lo he disfrutado en formato audiolibro, a fin de cumplir mis metas lectoras del año a tiempo, pero no ha sido impedimento para que acompañara al protagonista en su viaje por el tiempo en su máquina, en una crítica a la sociedad de su tiempo. Esta es la segunda obra suya que disfruto este año (la anterior fue en formato de novela gráfica) y resulta curioso que lo haga explorando terrenos casi desconocidos, como el propio Viajero a través del Tiempo (no se menciona su nombre ni del narrador que a posteriori empieza a relatar la historia). Obra muy recomendable, sobre todo para aficionados al género futurista o interesados en la mentalidad victoriana, ya que el protagonista es gran conocedor de ciencias y artes, al estilo de la época.
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