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Siempre observamos en los libros, películas y programas de televisión que los extraterrestres son seres superiores a nosotros, tanto en tecnología como a nivel fisiológico. Algunos han desarrollado poderes posibles solo en nuestra imaginación. Esta imagen de los seres del espacio es un fenómeno contemporáneo, difundido por los medios y arraigado en el inconsciente colectivo. En el siglo de H.G Wells, esta concepción no tenía cabida en el pensamiento de los ciudadanos. La existencia de seres superiores a nosotros era una ocurrencia inverosímil. La idea de que existieran seres capaces de dominarnos como especie es un tema que desarrolla H.G Wells en su novela La guerra de los mundos. En este clásico de la literatura de ciencia ficción, la tierra es invadida por los marcianos, seres torpes y vulnerables pero que muestran un gran desarrollo tecnológico. Ello lo observamos en las máquinas con las que invaden la tierra y destruyen todo a su paso. Los personajes de la novela son seres que huyen, se esconden ante lo inexplicable. La vida es un bien preciado que no se pretende arriesgar. Al comienzo de la historia la gente permanece ignorante, en su mayor parte, de la amenaza que se ciñe sobre ellas. El narrador se percata del peligro que implica la invasión de los marcianos, por ello escapa junto a su esposa. En esta huida observa los vestigios del ataque marciano. Luego separado de su esposa debe enfrentar los peligros de la desolación. A su vez, esta huida significa un viaje en el que conocerá las distintas caras de la desesperación ante la amenaza de la extinción humana. La imagen de la destrucción es para el narrador la derrota de la supremacía del hombre en el universo. La conciencia ya no va a ser igual a partir de ese evento. Sin embargo los marcianos son vencidos por seres microscópicos, bacterias a las que nosotros somos inmunes después de siglos de evolución. |
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