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Un día de invierno, en medio de una nevada, llega, al pequeño pueblo de Iping, un misterioso viajero de extraña apariencia. En la posada local a la luz de las velas, los lugareños se dan cuenta de que su rostro está cubierto de vendas y sus ojos permaneces ocultos tras unas gafas oscuras. Todo esto, unido a un comportamiento huraño da lugar a un sinfín de opiniones: ¿Quién es? ¿Qué le pasó a su rostro? ¿En qué trabaja? ¿Qué quiere? El forastero, cuyo nombre es Griffin, resulta ser un científico que se ha usado así mismo como cobaya de sus experimentos y se ha vuelto invisible. Eso sí, solo lo es cuando está completamente desnudo (lo que le traiga algún problema sobretodo porque estamos en invierno). Su propósito, es pasar desapercibido mientras continua con sus experimentos para perfeccionar la fórmula por lo que viaja con todos sus libros y demás instrumentos de laboratorio. El autor nos muestra a un personaje que, a medida que va experimentando con este nuevo poder, se vuelve cada vez más obsesivo del control y la dominación. Según vamos leyendo nos damos cuenta de que no solo se ha transformado físicamente sino moralmente. Poco a poco su naturaleza malvada va apoderándose de él convirtiéndole en un ser despreciable. Esto hará que la tranquilidad del pueblo se desvanezca, sobre todo cuando descubran la verdad. Como antagonista a Griffin que cada vez se vuelve más egoísta y manipulador, tenemos a Kemp, el médico del pueblo y antiguo compañero de universidad. En su casa es donde se desarrolla la parte final de la historia. Así durante la conversación que ambos mantienen descubriremos el pasado de nuestro hombre invisible: como llego a su situación, cómo se adaptó y cómo piensa aprovecharse de ella. Y es entonces cuando Kemp se da cuenta de que éste ha perdido la razón y con ella toda la sensibilidad y la moral que le hacía humano. Con un estilo sencillo y pocos personajes, el autor nos narra a lo largo de veintiocho capítulos cortos las peripecias del protagonista, tanto desde su perspectiva como desde la de otros personajes para que el lector sea testigo de los sucesos al estilo de una crónica de sucesos. Esta novela es un clásico que mezclando ciencia-ficción con suspense nos habla de la responsabilidad, del poder de la naturaleza humana y de la relación entre individuo y sociedad. Cómo el miedo a lo desconocido y la falta de empatía pueden llevar a la persecución y al caos. Cómo el sufrimiento y el acoso al que se ve sometido un individuo puede trastornarlo hasta el límite de abandonar todo escrúpulo y usar la violencia y el engaño. Situándonos en el contexto histórico de finales del siglo XIX en una época marcada por los avances científicos y tecnológicos, el autor nos plantea preguntas sobre la ética y las consecuencias de perseguir el poder sin tener en cuenta los limites morales. Subraya el potencial peligro de una ciencia mal utilizada, o utilizada sin restricciones, o lo que es lo mismo hasta donde pueden llegar las investigaciones científicas. Una historia entretenida aunque yo no soy nada aficionada a la literatura de ciencia ficción |
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