Tierra de nieve y fuego

Pocas novelas del género romántico veis por aquí. No porque no me gusten (la verdad es que cuando las leo me suelen gustar) sino porque me dan cierta pereza. Pero siempre hay una excepción: cuando se publica una nueva novela de Brenna Watson. Me encanta esta autora, he disfrutado como una enana con todas sus novelas y, literalmente, se me cae la baba. Hoy os traigo la reseña de su última novela.

La historia comienza en Chicago donde vive Violet Montroe, su protagonista. En primer lugar nos encontramos con un prólogo que nos cuenta lo que ocurrió durante el terrible incendio que asoló la ciudad y tuvo lugar la noche del 8 al 9 de octubre de 1871. Esa noche pereció el padre de Violet y ella, su madre y sus dos hermanas se quedaron viuda y huérfanas.

Tras un salto de 15 años, empieza la historia propiamente dicha. Una de las hermanas ya se ha casado y en la que fuera casa familiar siguen viviendo Violet, su madre y su hermana pequeña Rose. Dicha casa fue reconvertida en una encantadora pensión de la que se ocupa sobre todo Violet. Ella cocina, limpia, se encarga de las finanzas… la muerte de su padre la hizo madurar de golpe. Normalmente los huéspedes son más o menos fijos, gente que vive allí. Pero también hay huéspedes que pasan allí unos días o una pequeña temporada. Como Christopher Anderson, un ganadero de Colorado que va a Chicago a hacer unos negocios. Se hospeda en la pensión durante dos semanas y Violet y él se hacen amigos; amistad en la que no está exenta una cierta atracción física. Algo pasa, Violet necesita una salida y él le propone inesperadamente matrimonio. También inesperadamente, Violet acepta. Cree que la buena relación que tienen entre ellos y lo mucho que se sienten atraídos el uno por el otro será suficiente para fundar una familia. Pero cuando llega al rancho se encuentra con que Christopher no vive solo: en la que será casa familiar viven otros seis hombres, sus trabajadores. A Violet, comprenderéis, no le hace ninguna gracia.

Me ha gustado muchísimo “Tierra de nieve y fuego”. No sé que tienen las historias de Brenna que me atrapan sin que yo pueda evitarlo y hacen que las devore; siempre con una sonrisa en los labios de satisfacción y ocasionalmente con una lagrimilla de emoción. Por supuesto, esta novela no ha sido una excepción: literalmente, se me ha caído la baba con ella, la he devorado, la he disfrutado y se me ha hecho corta.

Los personajes son fantásticos. Violet me ha encantado desde el minuto uno: esa muchachita delgada y pelirroja con un carácter de hierro. Y qué decir de Christopher: descendiente de emigrantes suecos, tal y como lo describe la autora, parece un dios vikingo. Me encantaría ver esta novela en el cine y babear con el actor que elijan jejeje. Algo nada descabellado porque la novela es muy cinematográfica, muy visual: la ves tanto como la lees.

La novela hace un pequeño homenaje a una película y a un libro. No os cuento cuáles son ni una ni el otro. Aunque del libro sí que os diré que es otro libro de la misma autora. Un libro que leí y disfruté en su día y que tiene una protagonista fantástica. Pues bien, Violet está relacionada de algún modo con ella. No temáis: esta novela y la otra no tienen nada que ver, no es una serie ni nada que se le parezca (de hecho son escenarios, personajes y hasta siglos distintos). Quien no haya leído la otra novela no se enterará; quienes la hemos leído disfrutaremos con ese pequeño homenaje.

La historia me ha gustado mucho. Como casi siempre en este tipo de novelas hay una relación que pasará por dificultades. Muchos tira y afloja, quiero pero no, puedo pero no, me gustas pero no quiero estar contigo…, unas cuantas vueltas y muchas dificultades, algún personaje que se mete por medio y un final a las expectativas del lector. Todo transcurre como debe ser y es verdad que una ya anticipa el final. En otro tipo de novelas esto puede ser un “pero”; por supuesto, no lo es en esta novela pues todo termina como tiene que terminar y otro tipo de final sería un chasco para el lector. Lo importante en estas novelas es el camino, cómo se llega a ese final. Y el camino, ya os lo digo, es fantástico y da gusto transitarlo.

Brenna Watson escribe muy bonito. Los personajes están muy bien caracterizados, tanto los dos protagonistas como los secundarios (algunos realmente adorables). Igualmente los escenarios: pude “ver” la encantadora pensión que regentan las Montroe y me trasladé a ese rancho de Colorado y al pueblecito que está “cerca”. Me imaginé perfectamente todas las escenas y puse cara a los personajes. Ya os había dicho que es una novela muy visual.

Conclusión final

Sin duda, no puedo sino recomendaros “Tierra de nieve y fuego” lo mismo que os recomiendo las anteriores novelas de la autora. Es una novela que se lee muy a gusto y que deja mejor sabor de boca. Una delicia.
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