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Crítica de AlhanaRhiverCross


AlhanaRhiverCross
22 May 2018
Llevaba meses con el hype por las nubes desde que Naufragio de Letras anunció su próxima publicación y a pesar de ello no quise leer ni saber nada acerca del argumento o de cualquiera de sus personajes, aunque no sería porque la editorial no se ha regodeado poniendome los dientes largos con ilustraciones promocionales, aesthetics y fragmentos. Quería sorprenderme casi desde cero con esta historia, de la que sólo sabía que era futurista pero mezclando elementos de la Roma clásica, elementos suficientes para mí para que me obsesione con algo. Para más alicientes, África Vázquez Beltrán (África Ruh) ya llevaba en mi lista demasiados meses y hasta hace poco no pude comprobar por mí misma el potencial que tiene con su anterior publicación (Sobre los puentes de París, cuya reseña tenéis también aquí), así que gracias a la amabilidad de la editorial he podido leer esta historia incluso antes de lo previsto, porque pese a que mi organización era otra, he tenido que pausar el resto de lecturas porque esto engancha demasiado como para parar de leer y cambiar de libro.

La premisa puede sonar bastante típica y sus elementos también, a simple vista: en el contexto de una ciudad subterránea en la que ahora se concentra la humanidad después de que una catástrofe planetaria destruyera la superficie terrestre, una sociedad clasista que divide a ricos y pobres sobrevive biológicamente gracias a la creación sintética de oxígeno y económicamente mediante un sistema de deudas que soportan sólo los plebeyos, dejando la buena vida a los patricios. En el hampa de esta sociedad se mueven en las sombras dos organizaciones rivales, la Hermandad de los Ladrones, que intenta hacerles la vida más fácil a los plebeyos robándoles a los patricios, y la Mafia Dunita, que intenta sacar el máximo provecho al injusto sistema que impera en la ciudad de Ysgrand para sus propios objetivos. En mitad de ambos extremos encontramos a los gladiadores, tanto los profesionales que se ganan la vida matando, como los plebeyos infelices que no han podido pagar su deuda y tienen que compensarla combatiendo (y muriendo) en el Coliseo para divertir a los patricios. Y en un lado u otro del tablero están colocados los peones de esta historia, un montón de personajes que tienen distribuidos sus puntos de vista narrativos por capítulos (detallados también con sus ilustraciones en los comienzos de cada uno).

Son bastantes los puntos fuertes que tiene esta novela pero uno de ellos son los pedazo de personajes que tiene y aviso, son muchísimos. No tiene sentido que os los presente uno a uno porque si de algo he disfrutado, ha sido de ir conociéndolos por mí misma a medida que iban apareciendo, así que no os quitaré ese gustazo describiéndolos ni diciéndoos siquiera cómo se llaman (aunque si sentís curiosidad, entre el material promocional de Naufragio de Letras se encuentran las ilustraciones con las fichas de cada personaje que podeis ver en este hilo). Mientras leía no he parado de cambiar de favorit@ cuando llegaba su turno en la narración según su punto de vista y es que tod@s son enormes en cuanto a construcción e historia personal. Es muy difícil lograr que toda la novela quede equilibrada respecto a personalidades pero en este caso creo que si uno nos destaca por encima de otro, se trata meramente de una cuestión de gustos, de que un personaje nos caiga mejor que otro o de que nos gusten más las acciones de alguien en concreto, pero no será porque alguno flojee en cuanto a trama. Ni siquiera podemos distinguir a veces quiénes son los buenos y quiénes son los malos de esta historia porque todos se mueven en una escala de grises en la que los principios y los valores de cada uno nos hace difícil clasificarlos. En general, creo que excepto un par cuya integridad es incuestionable, todos los demás son unos perfectos antihéroes, arquetipo que me encanta en las novelas juveniles porque hacen que sean modelos más realistas pese al género.

Otro de los aspectos más relevantes en La Ciudad de los Ladrones viene derivado de lo anterior porque si llegamos a conocer en profundidad a todos los personajes es gracias a las relaciones que se establecen entre ellos. Ya había podido apreciar lo fácil que supone para África Vázquez establecer conexiones sentimentales realistas basadas en la diversidad, pero es que en esta novela nos da una lección magistral de cómo hacer de la inclusión la norma, y no la excepción, en la literatura juvenil, y además hacerlo de una forma tan natural que ni somos conscientes del mérito que tiene lograr algo así. Para que os hagáis una idea, yo había momentos en que me veía shippeando a tod@s con tod@s, sin importarme ni género ni especie (porque hasta los androides son shippeables en esta novela). Aunque no penséis que se trata de una novela romántica, ni siquiera de una novela juvenil con romance. Aquí hay amistad, cariño, amor o deseo, pero las personalidades de todos los implicados impide que surja algo mínimamente “romántico” en el sentido tradicional literario y no veáis lo mucho que se agradece porque así las relaciones son mucho más intensas. Muchos de ellos tienen un problema serio de sociabilidad, son bordes, groseros, malhablados y unos capullos integrales en esencia, pero también se mueven por lealtad y por una moral particular, así que también se relacionan como brújulas según sean sus sentimientos hacia los demás, de forma que se vuelven impredecibles, llevándolos a la traición por envidias y celos.

En otro orden de cosas, la prosa de África Vázquez es súper ágil, con multitud de diálogos dinámicos y con las descripciones justas para hacernos una idea de apariencia y entorno pero incluso así, apenas hay párrafos de más de 5 líneas. Cada capítulo está narrado en tercera persona, en presente, como si estuviéramos asistiendo a los acontecimientos según están ocurriendo y además, para darle mayor velocidad a la lectura, los capítulos son muy cortitos, de apenas 4-5 páginas cada uno, lo que nos permite estar cambiando constantemente de punto de vista y de escenario de la acción. En este sentido, algo muy curioso es que la autora utiliza un recurso poco frecuente en la novela juvenil y es dar por hecho muchas escenas y contar lo sucedido en ese intervalo en la siguiente. Por ejemplo, debido a esto, hay muy pocas escenas de acción y todo se basa en interacciones de personajes, mientras que desplazamientos de un sitio a otro o combates y luchas (exceptuando un par de ellas) trasncurren como en una especie de fundido a negro entre capítulo y capítulo. Súper curioso y muy efectivo para evitar que la historia resulte lenta cuando no hay nada relevante que contar y así ya se sitúan los personajes en la siguiente escena importante. Además, esta estructura también ayuda a que los giros argumentales sean más impactantes, y hay unos cuantos diseminados por todo el libro, unos menos predecibles que otros, pero igual de efectivos.

Así que a grandes rasgos estos son los principales motivos por los que esta novela es única, también porque a pesar de que la trama, como os dije en un principio, pueda parecer muy manida, lo cierto es que tiene más en común con las historias de intrigas y traiciones palaciegas que con una típica novela de ciencia ficción o distopía juvenil. Es más, la premisa y el contexto me han parecido en el fondo una excusa para lanzar muchísimos mensajes acerca de las preferencias sexuales, los problemas ecológicos del planeta, los sistemas injustos de reparto de recursos, las sociedades basadas en la subordinación de muchos en beneficio de unos pocos y otros muchos temas que en realidad, lejos de ser ficción, son de primerísima actualidad.

En conclusión, esta novela ha sido una de las grandes sorpresas que he tenido este año, y eso teniendo en cuenta que este año estoy leyendo libros que me están dejando ojiplática. No es la primera novela que leo de África Vázquez pero sí es la primera que logra hacer que definitivamente quiera leer todo lo que escriba esta autora. Y veis que desgranando los motivos son suficientes para considerar La Ciudad de los Ladrones como una recomendación clarísima si queréis algo distinto, con mensajes inteligentes y con personajes brutales con los que emocionarnos. No creo que nadie se arrepienta de darle una oportunidad a esta historia si lo que os gustan son las novelas que se salen de los patrones habituales, pero si además sois como yo y disfrutáis simplemente conociendo nuevas promesas del panorama nacional juvenil, entonces sí que os alegraréis cuando me hagáis caso y decidáis leer este libro.
Enlace: http://enmitiempolibro.blogs..
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