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Vamos a situar esta novela en 2020, tras la cuarentena, cuando se empezó a poder salir a la calle. Nuestro protagonista, Roque, es un guionista que está apunto de entrar al grupo de los cuarentones. Resulta que su novio le deja y él decide aprovechar sus vacaciones para irse al pueblo y reflexionar sobre su vida y su pasada relación. Allí acabará recordando un amor pasado, que terminará pasando los días con él. Hasta que se da cuenta de por qué terminaron y por qué no deberían de caer en el mismo error. A su vez, tendremos una mini subtrama y un par de poemas intercalados por todo el libro. En esta historia, se ve de manera muy clara la evolución del protagonista, que pasa de lloriquear por las esquinas por un hombre que no quiere saber de él, a una persona que se ha tenido que replantear quién es. Así que no, no es una novela romántica, ya que cuando comiences a darte cuenta de qué va el libro, descubrirás que realmente acompañarás a Roque en su propio autodescubrimiento. Si tuviera que poner un pero, sería que uno de los personajes me ha resultado algo endeble y sin mucha determinación, como que le falta más firmeza en sus decisiones. ¡Pero que conste que lo he disfrutado! Y por favor, ¡apreciemos la composición fotográfica de la cubierta!, que es lo que inicialmente llamó mi atención 😍 Quiero destacar la pluma de Lars. Me ha parecido muy detallada y reflexiva, y eso me ha encantado. Es una lectura muy muy ágil, y la recomiendo para cuando queráis leer algo ligero y entretenido. |
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