Las brujas de la noche

Si el año pasado hacia referencia con “Dreaming Eagles” de Garth Ennis, al escuadrón de pilotos negros de las fuerzas armadas estadounidenses. En esta ocasión le toca el turno a tres regimientos de pilotos soviéticas.

Cuando en junio del 41, los alemanes lanzan la operación Barbarroja expandiéndose hacia oriente, la situación se torna cada vez más difícil para Stalin. Todo hombre y mujer que pueda pelear es solicitado en el frente. Ese mismo año acaba accediendo a la petición de Marina Raskova (ya por aquel entonces heroína de la URSS) de crear tres unidades aéreas compuestas por mujeres.

Con aviones fumigadores Polikarpov, que no estaban preparados para el frío ni el combate (su velocidad era inferior a la mínima de la Luftwaffe). Actuaban en vuelos nocturnos, donde caían sobre sus presas, generalmente planeando para no hacer notar su llegada. Por el sonido que producían al acercarse al objetivo, con sus motores a ralentí, similar al de una escoba, las tropas nazis las denominaban Brujas de la noche.

Hacían auténticos estragos en el enemigo, aunque sólo tenían sitio en el regazo para un par de bombas. Con continuas salidas nocturnas, no permitían descansar a las tropas invasoras