La isla infinita

En primer lugar agradecer a Babelio, Masa Crítica y a la editorial Andana el envío del ejemplar. La novela está editada en rústica, con un formato pequeño y manejable, muy cómodo para su lectura y además está acompañado de unas ilustraciones a todo color bastante bonitas.

Lluna vive con su abuela Bernarda en Ciudad Marina, pero tras algunos problemas económicos deben abandonar su hogar. Su abuela ha perdido su trabajo de pintora y ante el desahucio decide volver a la que era la casa de sus padres en la Isla Infinita, un islote en forma de ocho, con campos de cultivo y playas, otrora un destino turístico de primera venido a menos desde la aparición de un monstruo marino que tiene atemorizado a toda su población.

La llegada a la antigua y señorial casa familiar trae hermosos recuerdos y añoranza a la abuela y mucha curiosidad a Lluna. Todo está bastante bien conservado para llevar tanto tiempo abandonado y abuela y nieta no saben quien se ha ocupado de conservar la casa en su larga ausencia. También ven surtidas sus necesidades al encontrar cuanto necesitan oportunamente dejado en los alrededores de la casa.

Este hecho junto a la aparición de un niño pelirrojo merodeando por la casa, lleva a Lluna a intentar averiguar quien o qué se esconde detrás de tanto misterio. Tras sus pesquisas y acompañada siempre por la pesada Kenia, su nueva compañera de clase y vecina, conseguirá desentrañar el misterio y vivir una vida feliz en la isla infinita junta a su abuela.

Esta novela infantil me ha sorprendido bastante. La empecé pensando en que iba a ser otra historia infantil más, plagada de buenas enseñanzas que subyacen detrás de las aventuras que los personajes corren y poco más. Pero tiene algo que te remueve por dentro al ser los sentimientos que evoca mucho más profundos de lo que a priori podría parecer.
Está bastante bien escrita y aunque adolece, como casi toda la literatura infantil, de ser en ocasiones demasiado previsible y de tener personajes demasiado prototípicos, creo que en general es una muy buena historia con la que tanto niños (creo que de unos ocho años en adelante) como adultos podrán disfrutar mucho leyendo.