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Un libro intenso. Publicado en 2007, un año antes de que muriera su autor, es un grito de guerra. Y de una guerra contra todo: propios y ajenos: los cañones y las bombas van contra las personas de la derecha religiosa homofóbica, pero también, contra las “trasmaribollos” de derecha, que ya no son solidarias con sus antiguos compañeros de lucha porque ya obtuvieron dos leyes que las pone en igualdad con la derecha, ocupan algún cargo político y no queda bien que las vean agitando en contra del gobierno que dice haberles cubierto sus necesidades. Los planteos de Vidarte pueden aplicarse a cualquier lucha y a cualquier reclamo. Si bien su postura es desde el colectivo LGBT+ de aquellos años, sigue vigente en cualquier colectivo minoritario con necesidades socioeconómicas y culturales insatisfechas. Porque todos los reclamos se acaban cuando se negocia dejando a muchos afuera y acomodando a algunos pocos. No valoré con cinco estrellas porque tiene muchas reiteraciones y en la edición que leí, los dos últimos capítulos están repetidos como si fueran diferentes (desconozco si eso fue decisión del autor, decisión editorial o simple error de publicación). |
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