Equis Equilibrio

«No quiero hablar del tema, por muchos motivos. No quiero hablar de algo que ni siquiera entiendo»

«En este tiempo de reinicio, la cosa se calma, se ordena, se reestructura. Ciertas cuestiones químicas vuelven a un equis equilibrio. Equis equilibrio. Suena raro»

Un interruptor, una mecha. ¿Detonante? ¿Importa?. Días y noches, semanas, segundos que se convierten en siglos. Una casa, una mujer y su hija adolescente son la base, los elementos donde se teje una historia sobre el dolor y la enfermedad. Paola Vicenzi, Equis equilibrio es el título de la novela publicada a finales de 2022 por la editorial La Huerta Grande.

«Lo que sentía, lo que pensaba, lo primero que se me pasaba por la cabeza. Y ponerlo ahí, en el papel, me aliviaba, mucho me aliviaba»

Escrita en forma de diario nos narra cómo una madre se enfrenta al episodio, brote o enfermedad mental de su hija. A partir de un suceso nimio pero extraño se desencadenan los acontecimientos. El cuaderno que escribe, algunos días expansiva, otros lacónica, nos sumerge en una vida marcada por una enfermedad que, a día de hoy, sigue teniendo un estigma tremendo, terrible: «No me animo a contar lo que está pasando. Tengo miedo. Miedo de las reacciones, miedo del estigma, miedo. Mucho miedo».

Opresiva, angustiosa pero empática y profunda las palabras, el texto que va componiendo la madre nos acerca a las rutinas diarias, las relaciones que mantenemos y cómo se construyen esos lazos que nos amarran, que son abrazos y acompañamiento en momentos difíciles. Y, claro, la escritura. El propio acto, testimonio y reposo. Desahogo y exabrupto. Montaña rusa de las emociones que atraviesan a una madre en el proceso del cuidado: «Tampoco me da la cabeza para leer, soy incapaz de concentrarme. Lo único que hago es sentarme a escribir este cuaderno, casi siempre a la noche. Es un diario y un registro y un intento de ordenar, de ordenarme. Quizá también un intento de entender. A lo mejor algún día me sirve para juntar las piezas del rompecabezas que nos llevó a este desastre»

Y todo esto, en un espacio reducido. Una casa que apenas abandona ya que la enfermedad lo absorbe todo, los tiempos y enigmas que son peligros. Un entorno que se atisba hostil y menguante. Aún así, se construyen lugares, momentos de encuentro. «Aunque a veces no sé adónde direccionar mi bronca, mi frustración, mi tristeza… y muchas otras emociones para las que no tengo palabras, porque son extrañas, desconocidas, y horribles todas». Un ejercicio inmenso, de sobreponerse, de luchar, de paciencia y de insistencia. Una novela/diario que no nos deja indiferentes. Que remueve y nos plantea la pregunta: ¿cómo actuaremos?¿Qué haríamos si fuese otro u otra el que la sufre? Espejo, reflejo que nos confronta con la enfermedad desde la más admirable sinceridad y empatía.

«A lo mejor, además de ser una pesadilla sin fondo, esto que nos pasa es un baño de humanidad»