Los hijos del capitán Grant

Rehuyo los retos de lectura, pero con Verne voy a hacer una excepción. Inspirado por mi musa me he propuesto leer la trilogía formada por "Los hijos del Capitán Grant", "Veinte mil leguas de viaje submarino" y "La isla misteriosa". En este primer libro los protagonistas se lanzan a una aventura que les llevará a recorrer el paralelo 37 grados sur en busca del Capitán Grant, desaparecido en un naufragio. El desencadenante, un confuso mensaje en una botella encontrado en el interior de un tiburón martillo (cosas que pasan en las mejores familias de tiburones), que abre paso a la esperanza de que Grant siga vivo. Los expedicionarios están liderados por lord Glenarvan y lady Helena, quienes ponen sus medios a disposición de los hijos del capitán para intentar rescatar a este último.

La novela es un entretenido clásico del padre de la ciencia ficción, que aquí se centra y disfruta especialmente compartiendo los conocimientos geográficos de su época, con el colonialismo europeo como telón de fondo. Leída en el siglo XXI son graciosas ciertas inexactitudes, como la imagen de un cóndor de cinco metros de envergadura (un señor pteranocóndor), grandes bandadas de aves europeas en América, o la peculiar explicación que se le da al hecho de que las focas engullan piedras. En todo caso son cosas comprensibles, y tanto las fuentes de las que bebía el autor como su imaginación y hasta el traductor de la obra se merecen nuestra benevolencia.

La publicación de Mestas ediciones que he leído es una edición íntegra, que lamentablemente contiene una cantidad desmesurada de erratas. Esto refleja una falta de cuidado que por un lado invita a desaconsejar esta edición y recomendar otra al lector, y por otro lado incita a aconsejar al editor que revise la obra en caso de reedición. Sí me parece un acierto la elección de la ilustración de la portada, que es un trabajo que Édouard Riou realizó para la edición original.