El favor

Qué ganas de que volviera Dave Gurney a la acción, pero una vez leída esta última entrega se va a hacer muy laaaaarga la espera de la próxima. John Verdon sigue jugando con los lectores.

Favor con favor se paga, bueno, no siempre. Hay favores altruistas pero otros... cobran pieza. Y los favores son el origen de esta historia...

La psicóloga Emma Martín consigue, gracias a Madeleine, que Gurney revise el caso de asesinato de Lenny Lerman ya juzgado, en el que ha sido condenado de treinta años a condena perpetua un paciente suyo, Ziko Slade, y aunque todas la pruebas apunten a él como culpable, Emma está convencida de su inocencia.

Este reto es un caramelito para nuestro detective que se mete de lleno en la investigación y empieza a agitar el avispero; y no dejará de paladear el caramelo, no, aunque lo amenacen de forma encubierta, se vea implicado él mismo en un asesinato y muchos otros le pidan que suelte el dichoso caramelo!

Verdon consigue mantener el suspense a lo largo de toda la historia que construye además muy bien, y esta vez Gurney va a sufrir, él mismo y por quienes le importan, y nos mostrará un aspecto más humano de este empecinado detective que elabora hipótesis tras hipótesis hasta recomponer el rompecabezas.

Un caso en el que la ambición, la corrupción, la manipulación (en diferentes ámbitos) y las relaciónes padre-hijo forman parte de su entramado y desde las primeras páginas la intriga está servida.