Pues otra buena novela de Fred Vargas, y ya van unas cuantas. La ambientación en Islandia aporta el toque legendario, ya marca de la casa, y la parte histórica nos llega de la mano de una misteriosa sociedad que reproduce las sesiones de la Convención francesa en los años del Terror; y por supuesto, también hay algún que otro cadáver. La trama es bastante compleja, nada que ver con las simplezas de la mayoría de las novelas negras actuales, pero está tan bien articulada que en lugar de ser un problema es un deleite. El libro entretiene a la vez que emociona, enseña y encima te divierte. Qué autora tan maravillosa, cada vez me gusta más. |