El vendedor de estropajos

Pi, un vagabundo se arrastra, junto a su carrito de supermercado, por las calles de París. Hace un tiempo encontró 9.732 estropajos en una nave abandonada, Ahora tiene la misión, como vendedor de estropajos, de venderlos, uno por uno, a 1 euro la pieza. La rutina de Pi se altera cuando ve el asesinato de una mujer de alta posición. Se convierte, sin querer, en una pieza clave de la investigación, y el ministerio se empeña en que el comisario Adamsberg le interrogue. Adamsberg es un comisario con métodos desconcertantes, que dialoga largo y tendido con Pi y que hará gala de su humanidad con el vagabundo para resolver el caso.
Basado en un cuento de la escritora #fredvargas, el ilustrador construye un relato perfecto, complejo y sencillo a la vez; con dibujos en blanco y negro que dibujan la dureza de la vida de la gran ciudad. Un cómic que se hace muy corto y que se disfruta mucho más con la relectura.

Para un fan como yo de la serie de Adamsberg, pasar de la letra impresa al dibujo y poder poner cara al famoso comisario de Fred Vargas es un auténtico lujo. Eso sí, recomiendo leer primero sus novelas negras antes de adentrarse en esta novela gráfica