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Es el cuarto volumen con el comisario Adamsberg; confieso no haber leído los 3 tomos anteriores. Una adaptación del libro para la TV francesa se hizo en 2008 por Josée Dayan (2 episodios). En los libros entretenidos de Fred Vargas, la historia policial resulta secundaria, porque es la forma de escritura original de la autora que mantiene al lector enganchado ( por lo menos en la versión francesa). Hice unos descubrimientos en este tomo : el pasado del comisario Adamsberg es algo turbio (el caso de su hermano Rafael, su paternidad no asumida, su extraña personalidad). La psicología especial del comisario, siempre « volado » como en plena ensoñación, sus intuiciones poco cartesianas, sus actitudes atípicas, son originales. Pero bajo este aspecto « anormal », el comisario resuelve casos más que peliagudos. El equipo de la comisaría parisina es completamente heteróclito, pero es un equipo sólido que confía en su jefe. Su segundo, el capitán Danglard, es el polo opuesto aunque complementario. En este opus Danglard será un héroe y será compensado con un ascenso bien merecido, mientras que el pobre Adamsberg tendrá que huir y dejar su cargo. Poco se sabe sobre la vida privada de Danglard, excepto que cría solo a sus 5 hijos y rinde culto a la divina botella (vino blanco). Aparece en el libro Camila, un personaje desdibujado y no supe a ciencia cierta qué rol juega o jugó en la vida de Adamsberg. El comisario sabrá que es el padre del hijo de Camila y pareciera que la noticia le resbala, no le da ninguna importancia. Existe un pasado común entre Danglard, Camila y el comisario, pero no logré explicar el asunto; quizá esto sea explicado en los tomos anteriores. Violeta Betancourt, la policía de físico impresionante y temeraria en la acción, es mi personaje preferido. Siempre presente cuando se la necesita, siempre clara y neta, imprudente con los riesgos. El caso policial me pareció tirado por los pelos : 30 años de crímenes en serie, con un mismo ritual : muerte por un tridente y un culpable ideal en las cercanías con todas las pruebas de culpabilidad (huellas, ADN, armas). Y Adamsberg conoce su identidad desde el principio, pero nadie lo escucha… Un placer de lectura, Vargas sabe inyectar ternura y simpatía en sus personajes secundarios. También esta vez se esmeró en remedar el sabroso hablar de los canadienses, un hablar florido y truculento, de otra época. Siempre hay una nota científica en las novelas de la autora (que es zoo-paleontóloga). Esta vez está en el motivo del viaje del equipo parisino a Canadá : irán a perfeccionarse con las nuevas tecnologías que utilizan la genética. (Leeré en orden cronológico los tres tomos anteriores a la búsqueda de la información que me falta.) Traté de modificar las estrellas y no me resultó. le adjudico 3 y no una y media ! Enlace: https://pasiondelalectura.wo.. |
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