Con pequeñas pero potentes pinceladas Lorena Varea nos presenta a su madre, Carmen. Recorriendo las escenas de su vida vamos a ir conociéndola con las anécdotas y los gestos que la envuelven desde su nacimiento. Son sencillos detalles cotidianos que contienen grandes emociones, reales y sin grandes frases, con la potencia de la vida, tal cual es, sin metáforas ni dobles sentidos, con todas sus dificultades y sus alegrías. Los temas que sustentan toda la obra son universales: nuestra humanidad y nuestra vulnerabilidad y el cuidado que nos une y nos recompone —el delicado apoyo, la escucha activa y el cariño de los acompañantes de Carmen, pero también la falta de atención médica que retrasó la detección del cáncer, la deshumanización en el trato al paciente, los abusos que sufrió o los abandonos y la desatención a las personas mayores por parte de quienes fueron cuidados por ellas— y también el duelo, la soledad, la complejidad emocional, la empatía, los momentos compartidos, lo que de verdad importa… |