Tim te Maro: Y la magia de los corazones rotos

Supe de la existencia de este libro gracias a la Quedada Bloguera y moría de ganas por leerlo gracias a la increíble forma de contar las historias por parte de Meli, su editora, así que cuando me llegó no dudé ni un segundo en comenzarlo.

En todos los años que llevan en la escuela, Tim Te Maro y Elliot Parker jamás se han caído bien, de hecho, se odian. Sus especialidades mágicas son distintas y sus personalidades aún más: Tim es un chico simple y Elliot un rico engreído. Pero recientemente hay algo que los une: que ambos fueron abandonados y, por si fuera poco, esas personas ahora están juntas. Tim Te Maro cree que su vida no puede ser peor, pero cuando Elliot le propone un plan de venganza que incluye cuidar un huevo mágico, Tim cree que tocó fondo al considerar la propuesta. Pero ¿qué podría salir mal? Mientras pasan tiempo juntos siendo padres ejemplares se dan cuenta que lo que creían uno del otro está alejado a la realidad y que podría haber algo entre ellos, pero es difícil definir qué es: ¿amistad, tensión sexual o amor?

Cuando escuché la sinopsis por primera vez supe que esto sería algo ligerito, una trama sin mucha complicación más allá del romance y es justo lo que nos ofrece: a un par de personajes que se ven envueltos en una situación que los obliga a interactuar entre ellos, conocer realmente la persona a la que tanto han odiado y descubrir que, ¡oh, sorpresa!, en realidad no es tan mala como habían imaginado en un inicio. Realmente esperaba encontrar algo más divertido y sin muchas complicaciones y en parte tenemos eso, pero llega un momento en que nos enredamos en una situación absurda y la historia decae bastante, quitándole el encanto que en un inició logró construir.

Quería querer a los personajes, pero me parecieron poco elaborados, hechos específicamente para encajar, sin personalidad propia y con el único propósito de hacer funcionar la historia.
A Tim Te Maro lo conocemos bastante, sabemos que su madre lo quiere incondicionalmente, que su padre lo abandonó recientemente y que no lo ha vuelto a contactar, que tiene un par de mejores amigos que son incondicionales, que es tan inocente como para que un corazón roto le ponga el mundo de cabeza, que es inteligente y bien portado frente a los adulos, pero tiene la suficiente "onda" como para poder romper las reglas y ser divertido. El problema con todo esto es que no tiene un balance y se siente que todo fue sobrepuesto para crear una especie de chico con el que te crushearías fácilmente y al que quisieras proteger, pero todo es apariencia y no se siente auténtico.
Elliot Parker es el típico personaje engreído que cree merecer el mundo solo por ser rico y guapo, pero que detrás de esa fachada hay una buena persona. Me dolió no tener el punto de vista de Elliot porque siento que es un personaje que tiene mucho que ofrecer, pero se queda como alguien de quien solo vamos cambiando nuestra perspectiva debido a los sentimientos de Tim y en realidad no llegamos a conocerlo, solo lo idealizamos y no llega a sentirse como alguien real.
Los secundarios se sienten flojos, no son personajes que tengan personalidad propia, solo están para rellenar espacios y que la historia no se sienta tan cargada en solo los protagonistas. Hace relativamente poco que lo acabé y no logro recordar sus nombres, solo la característica que los diferencia: los mejores amigos de Tim que son novios, la mejor amiga de Elliot que una malota y otros más que hacen bulto.

La cosa se pone un poco spicy (muy ligero, más sugerente que acción) muy rápido y me desconcertó porque me pareció absurdo lo sencillo que resultó para Te Maro aceptar el trato de amigo con beneficios que le ofrece Elliot. Como que para mí no tiene lógica que aceptes tener beneficios sexuales de buenas a primeras con la persona a la que más detestas... sin importar lo herido o desesperado que estés. Pero no soy un adolescente hormonal despechado encerrado en una escuela de magia debajo del hielo, así que qué tanto puedo saber yo sobre las decisiones que se toman.
El angst del romance está muy presente en Tim y nos pasamos muchísimo tiempo en su cabeza y sus debates sobre qué es lo que está sintiendo y qué tanto bien le hace tener una relación sin compromiso sentimental. Aunque se llega a sentir repetitivo el hecho que Te Maro se la viva dándole vueltas al asunto de sus sentimientos y haga una tormenta en un vaso de agua por no querer hablar ni enfrentarse al problema, en un punto llegué a sucumbir ante el drama del momento y también estaba que me ahogaba con mis (sus) sentimientos porque pasan una serie de cosas que te ponen a pensar y estrujan un poquitín el corazón (me recordaron al capítulo 4 de Bad Buddy y por eso sufrí, Pran, tqm).

Hay un tema que me pareció muy importante que se abordara y del que poco se habla en las novedades en español: las relaciones sin compromiso o no monógamas. La mayoría de las veces estas son satanizadas y me gustó mucho que con Elliot se trajera el tema a la mesa y nos demostrara que son un medio completamente válido para explorar la sexualidad siempre y cuando haya consentimiento por ambas partes.

Si por mí fuera todo pudo haberse situado en una escuela común y corriente donde todos son adolescentes no mágicos y nada, absolutamente nada, habría cambiado (just saying), pero la autora se empeña en recordarnos que sus protagonistas son especiales y diferentes al resto de los demás mortales y decide agregar un segundo problema, totalmente innecesario y forzado, creado con magia y que solo puede resolverse con esta. Para mí esto fue lo que hizo que el ritmo de simplicidad cómoda se rompiera y entorpeciera con algo completamente irrelevante y fuera de lugar.

En resumen, Tim Te Maro y la magia de los corazones rotos, es una historia simple cargada de bastante drama romántico que te servirá para desconectar. Espero que las próximas obras de la autora tengan más construcción porque esta se sintió demasiado cómoda y nada innovadora.
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