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Llegué a este libro el año pasado, creo que poco antes de que ganase el premio nacional de ensayo, tras que mi madre me enviase un video de la autora en el que hablaba de literatura con perspectiva de género. Lo que contaba y la forma de argumentarlo me intereso mucho así que, aunque tardé en ponerme a ello, sabía que me lo tenía que leer. Este ensayo trata de libros, del amor por los libros y del su poder transformador. El foco esta puesto en la antigüedad, narrando la historia de la antigua Grecia y del imperio romano, desde el punto de vista mayoritariamente literario. Descubrimos cómo van cambiando la manera de narrar historias, los distintos medios que se emplean para ello, el contenido que se elige plasmar... Es una historia de grandes bibliotecas, de libros prohibidos y de alfabetos aparentemente indescifrables. Tiene flash forwards muy a menudo lo que nos recuerda el impacto del pasado sobre nuestro presente cultural. Además, es un relato personal. La autora se aleja de la frialdad, ya algo casposa, de los ensayos tradicionales, compartiendo generosamente sus propias experiencias como estudiosa y enamorada de los libros. Pese a que la lectura es ligera, no es un ensayo corto ni que se lea deprisa. Personalmente, lo que más he disfrutado ha sido la vivencia personal de la autora, las referencias que hace a los clásicos modernos y a anécdotas literarias relativamente recientes. Creo que es inteligentísima la forma en la que estos pasajes están integrados en la narración. La autora hace gala de su rigor académico continuamente, sí, pero también es por momentos cercana, divertida, reivindicativa o tierna. Por otro lado, si bien entiendo que el foco esté en la antigüedad, la cuna del conocimiento, me he encontrado que personalmente no es un tema que por sí solo me atrape tanto como me gustaría. Me ha encantado descubrir y/o aprender más sobre algunos personajes femeninos que trata como son Safo, Hepatia y Aspasia pero, he de confesar que otros pasajes, de temática mas bélica o política, se me han hecho algo largos y repetitivos. En resumen, es un ensayo cercano e interesante que creo que gustará mucho a quien le interese la historia de los libros y fascinará a quien, además, sienta especial curiosidad por la antigüedad. En cuanto a la autora, para mí ha sido un flechazo su manera de comunicar y seguiré sus próximas publicaciones porque creo que hace una labor de divulgación valiosísima. |
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