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Desafortunadamente, la historia de Pétalos al Viento no es mejor que su primera entrega. Iba con amplias expectativas, pero a partir de las primeras páginas suceden cosas bastantes inverosímiles que cuestan trabajo creer o al menos encontrarle un poco de sentido común. Nuevamente es Cathy quien lleva la narrativa de la historia, cosa que hace que toda la trama se centre únicamente en ella y en raras ocasiones podemos saber qué es lo que sucede con sus hermanos en sus vidas. Personajes que se hacen extrañar y hace notar la evolución de su pensamiento y la afectación que tuvo en su persona los eventos que tuvieron lugar en Foxworth Hall. Esto último supone ser una excusa para que podamos justificar la forma en que Cathy se comporta con todo hombre que conoce. Y por si fuera poco, cada cosa mala que le sucede y que podría atribuirse a la mala suerte, para Cathy, siempre, siempre; será su madre. En un principio, es comprensible, empero, se vuelve tedioso cuando las situaciones no concuerdan y tenemos presente el paso del tiempo en el universo en que transcurre la historia. En lo que se refiere a los nuevos personajes, al único al que le tomé cariño y comprendí fue a Paul, me pareció un personaje muy paternal y fácil de querer pese a sus fantasmas del pasado. Quien es extremadamente odioso es Julian, por el carácter que tiene y las mil y un maldades que le hace Cathy (aunque ésta no es ninguna palomita blanca). Pero pienso que ese es el propósito pretendido. En general, V.C. Andrews mantiene esa rica narrativa que pudimos disfrutar en Flores en el Ático, llena de descripciones que facilitan la imaginación de los escenarios, sin embargo, tanto las incoherencias, la falta de participación de algunos personajes (o su desaparición) y los cambios de humor tan voluble de ellos, hacen que su historia sea un tanto difícil de digerir. Tengo curiosidad por lo que pasará en los siguientes libros, por lo tanto, seguiré leyendo esta saga con tal de saber su final. Aunque considero que en esta entrega pudo haberse cerrado. |
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