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Es la primera ocasión en la que me encuentro en la tesitura de tener que escribir sobre un libro en el que no hay palabras. El hecho de que carezca de ellas hace que a través de las maravillosas ilustraciones haya miles de historias que se pueden reinterpretar, si bien es cierto que el entorno en el que se desarrolla llama a esa sensación de paz, relajación y silencio al que el título de la obra alude. Es un libro en el que cualquier niño puede de echar a volar su imaginación dentro de un entorno en plena naturaleza, con animales,... y que incluso al releer pueda descubrir una historia completamente diferente. Desde mi punto de vista es un cuento muy especial y que se puede disfrutar a cualquier edad. |
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