De Sabina Urraca me fascina esa aparente facilidad que tiene para escribir cosas que, conscientemente, van a generar desconcierto e incomodidad en el lector. Y cómo, a pesar de eso, continúa, como una cascada violenta que no tiene intención de detenerse. En esta novela se puede leer entre líneas, pero no creo que tenga ese propósito. Tampoco creo que se pueda categorizar como una historia de "autodescubrimiento", "extrañeza" ni ligarse íntimamente a los hechos del 11M. Simplemente, todo pasa, y lo único que queda en el recuerdo años después son sensaciones entremezcladas con los momentos histórico-políticos que se vivieron.
|