Los Chicos Rubios

Nuestros personajes principales son, como el título del libro nos indica, los chicos rubios: Sebastián y su hijo Aurek. Por el nuevo trabajo de Sebastián se ven obligados a mudarse y es así que llegan a Aldea del Norte -un barrio, no un pueblo- donde comenzará su nueva vida.

Sebas es divorciado, trabaja como kinesiólogo y su prioridad es el bienestar de Aurek. Lo que más me gustó de ellos es la relación tan hermosa que los une. Son muy compinches, tienen una complicidad hermosa y a veces más que padre hijo pareciera que son amigos e incluso hermanos. No sólo son muy similares físicamente, sino que la manera de ser de ambos es muy relajada y tienen un sentido del humor increíble.

En Aldea del Norte, los rubios conocerán a Olegario, un francés muuuy sexy que además de ser un modelo conocido internacionalmente tiene un restaurante en el pueblo (perdón, en el barrio) donde Aurek comenzará a trabajar en sus ratos libres. Además del restó también tiene su casa en Aldea así que sus caminos se cruzarán todo el tiempo.

Olegario es abiertamente gay y también está soltero como Sebas, pero Sebastián siempre se consideró heterosexual. A medida que pasan los días y Sebastián y Oleg pasan más tiempo juntos a ambos empiezan a pasarles cosas y más que una amistad su relación se torna más y más especial.

«A veces no sentimos atracción física hacia alguien, sino sentimental. Te enamorás de su alma, y dicen que eso es jodidamente irreparable».

Creo que lo más bonito de este libro es la forma en que todos aceptan esa relación. No sólo los vecinos de Aldea de Norte, sino también Aurek y hasta el mismo Sebastián. Es un libro en donde la homofobia prácticamente no existe, sólo la mamá de Sebastián es prejuiciosa porque le importa mucho el que dirán pero todos los demás toman esto con mucha madurez y naturalidad. Sinceramente creo que así es como debería ser el mundo, de esa manera deberíamos comportarnos todos y espero de corazón que algún día podamos lograr una sociedad así dónde no se juzgue a nadie por sus elecciones y simplemente se acepte que cada uno es libre de elegir su propio camino en la vida y con quién quiere compartirlo.

«Es nuestra responsabilidad educar y concientizar a las personas que las diferencias deben unirnos, debemos tolerar y aceptar la diversidad».

La pluma de Lisandro es muy fresca y sencilla. al elegir que los personajes hablen de manera coloquial y con modismos argentinos es muy fácil conectar con ellos y sentirlos como un amigo más. al final del libro hay un glosario en dónde se explica el significado de algunas palabras para los que no entiendan el argentinismo y una playlist donde encontraremos toda la música que escuchan los personajes. Incluso hay una canción que toca la banda de música que tiene Aurek con sus amigos del barrio y eso me pareció súper original. También quiero hacer mención a las hermosas ilustraciones que encontramos dentro del libro que son realmente preciosas. Un aplauso para Nati Canias que con esas imágenes nos transporta directamente a esos momentos (mi favorita fue la ilustración del instante previo a su primer beso). 😍

Las escenas de sexo son es-pec-ta-cu-la-res y definitivamente no aptas para prejuiciosos ni gente de mente cerrada. En la contratapa del libro se especifica que es una lectura recomendada para +16 años y sí, háganle caso a esa recomendación jaja. 🙈

Si le pongo un pero a la historia es que la sentí demasiado redonda. Me hubiera gustado más drama, algún conflicto que tarde un poco más en resolverse. Me encanta que el autor haya elegido que no haya drama con respecto a la sexualidad de los personajes, pero podría haber incluido alguna otra situación que se genere algún conflicto entre ellos y eso siento que me faltó. Pero quitando eso realmente es una historia muy bonita, con una ambientación preciosa en la que te da ganas de agarrar el mate e irte a vivir a alguna cabaña de Aldea del Norte no sólo por la belleza de sus paisajes sino también de sus habitantes. Definitivamente estoy deseando leer la continuación (Oleg y los chicos rubios).