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Cada vez que hablo de los libros de Lisan me explota el corazón, siento que no puedo controlar todas las emociones que se desbordan en mi interior. Los personajes que viven en sus historias siempre son muy reales, están bien construidos y es inevitable involucrarse al máximo con todo lo que van viviendo a través de las páginas. Tomás y Mateo son dos argentinos que se conocen en un viaje por París y Roma, cada uno llega a ese encuentro con el peso de haber vivido momentos muy difíciles en sus vidas, y la amistad que inician los va llevando por un hermoso camino de sanación, porque todo dolor necesita ser compartido para poder superarse. A diferencia de los libros anteriores de Lisan, en este los capítulos son mucho más cortos, esto hace que la lectura sea mucho más fluida y que el avance se sienta más rápido; sus 476 páginas pasan volando entre los dedos del lector. La playlist no puede faltar, y la selección de canciones para musicalizar cada momento es perfecta, este tipo de detalles siempre me gustan mucho. En esta entrega también se suma la novedad de tener un par de ilustraciones hermosas, un glosario de argentinismos para quienes quieran leer el libro desde otros países, y el hermoso detalle de separar momentos dentro de los capítulos con un dibujo de una mochila. Una edición bien trabajada y muy cuidada que realmente se disfruta tener en mano. Amé este viaje, sentí que podía viajar con los personajes a lugares que aún no he tenido oportunidad de conocer. Me encanta cuando un libro nos hace sentir conectados en todo momento con lo que está pasando, cuando se puede sentir con los personajes y eso nos lleva a sonreír, a reír, a llorar de la emoción. Una vez terminado el viaje, la narración del pasado de los protagonistas ayuda a entender la importancia de conocerse y animarse a sentir una vez más el poder de transformación que tiene el amor. al volver a Argentina la historia nos lleva nuevamente a Aldea del Norte y descubrimos que su gente no fue siempre abierta a aceptar la diversidad, a diferencia de lo que leímos anteriormente, con Tomás y Mateo podemos empezar a conocer como la gente del lugar empieza a dejar los prejuicios de lado, aceptar, entender y respetar. Necesitamos un mundo cada vez más abierto a entender que lo único que importa es lo que sentimos, que para amar no existen los limites y que somos libres de elegir. Lisan ha creado una red de personajes que están muy bien vinculados, este libro se puede leer antes o después de “Los chicos rubios” y “Oleg y los chicos rubios”; ya que son personajes que conocemos en los libros anteriores, pero que en esta entrega se presentan en toda su profundidad, la historia de ellos merecía ser contada. Después de llorar tanto con el último capítulo, la segunda parte de la historia de amor de estos chicos será mi libro más esperado del año. Necesito saber cómo continúa su historia para seguir emocionándome con tan hermoso y puro amor. |
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