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Es el segundo libro que leo del autor y, la verdad, me gustó más. No sé si fue cuestión de los personajes o de la ambientación, más variada que en Los chicos rubios pero se me hizo más llevadero (y me dieron ganas de viajar a Italia). Como percepción personal, de a ratos se me hacía todo un pelín intenso; tampoco faltaron las mil y un veces en las que quise gritarles a los personajes "AMIGO DATE CUENTA". Resalto bastante la playlist, que no solo está presente a lo largo del libro sino que literalmente tiene un apartado atrás en donde te ponen todas las canciones que fueron apareciendo. De todo, lo que menos me gustó fue el final. Sentí muy apurado ese epílogo, y no acabó de resolver el conflicto principal, que quedó en el aire. Supongo que se retomará en la continuación, pero siendo algo a lo que le dan tanto peso tantas veces a lo largo de la novela, hubiese estado bueno que cerrara esa etapa. |
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