Un juego letal

"Un juego letal" es un libro adictivo. Preparaos, porque una vez lo empecéis, vais a ser incapaces de soltarlo hasta llegar al final.


Se trata de una lectura ágil y muy dinámica gracias a ese enfoque juvenil que vemos en detalles como la edad de los personajes y el estilo narrativo, a pesar de que, después, la trama adquiera notas más adultas, dando lugar a una novela que tanto le puede encajar al público joven, como al lector más adulto que busque una historia que le mantenga enganchado, pero sin muchas complicaciones.


A diferencia de lo que me pasó con "Uno debe morir", el anterior libro que leí de esta autora, en esta ocasión me he sentido mucho más cómoda con los personajes. Sus actitudes me han parecido coherentes teniendo en cuenta la edad que tienen, y no me han resultado tan "americanizados" como me sucedió en la anterior ocasión. Entre eso, el hecho de que la acción no se ve limitada a un único escenario y que me he sentido muy identificada con la posición de la protagonista, en esta ocasión he disfrutado bastante más.


Además, se trata de un libro que busca ser inclusivo, pero sin forzarlo. Dejando caer de vez en cuando sutiles detalles que no afectan al desarrollo de la trama y a los que no se les da importancia, siendo estos un elemento más del conjunto sin llegar a convertirse en el foco principal y sin necesidad de resaltarlos. Cosas como que uno de los chicos tenga dos madres, o que haya parejas interraciales.


Es cierto que hay algunos acontecimientos algo convenientes, y que algunas situaciones están llevadas bastante al extremo, pero la verdad es que son detalles que casan bien con el objetivo de esta novela: entretener al lector con una obra en la que la tensión es constante, sin que decaiga la acción y planteando varios dilemas morales de difícil solución.


Si buscáis una lectura ligera pero envolvente, "Un juego letal" es para vosotros.