Alicia y el teorema de los monos infinitos

Empecemos conociendo a la protagonista: Alicia. ¿Qué tenemos que saber de ella? Que es una joven viuda que estaba muy enamorada de su marido Alfredo, un hombre que compaginaba perfectamente con ella y a la que hacía reir constantemente. Con esto, ella era feliz, no le pedía más a la vida. Vivían juntos en Mallorca y él se hacía cargo estupendamente de sus viñedos, que ya contaban con gran notoriedad y prestigio. ¿Qué pasó? Que debido a un accidente tan surrealista como catastrófico que no os contaré, él fallece, dejándola a ella sola y como herencia La Rodona, que es la finca con los viñedos y un perro repelente.

Después de unos años, Alicia, a sus 39, no está en su mejor momento. Incapaz de sacar adelante La Rodona y sus viñedos, porque tiene poca idea ya que lo hacía su marido, se apoya en los suyos, los trabajadores que ya tenían y que ya son como de la familia: Tomás, el que era el hombre de confianza de Alfredo y lleva muchísimos años a su vera, Enrique y Alex, que son padre e hijo. Colombianos, Alex ha llegado desde allí después de un tiempo en la cárcel (no os diré porqué), y como sostiene que es inocente, Alicia lo ha metido en el equipo. También estarán a su lado su hermana, Virginia, con la que a veces se lleva bien o a veces regular, Cati, hija de Enrique, que le va a dar más de un quebradero de cabeza a su padre y a la misma Alicia, y a Nina, una amiga de la que ahora os hablaré. Pero también tenemos que tener al villano o malo de la historia, y ese no es otro que Gelabert, un viejo miserable que es vecino de Alicia y quiere a toda costa sus viñedos, no por amor a la uva sino por avaricia, porque su explotación se basa en sacar el máximo de producto y rendimiento aunque el vino no tenga calidad, cuando en el caso de Alfredo y ahora Alicia, lo que buscan es un producto de excelencia y de calidad aunque no se saquen tantos kilos de uva ni tantas botellas, pero que sea bueno. Con todo el dolor de su corazón porque era imposible seguir adelante con tantas tierras, ya le ha tenido que vender una parte, y este cacique la sigue presionando para que le venda el resto y quedarse él con todo. También iba a añadir como enemigo a Milo, perro de Alicia que antes era de su marido. El perro se llama así por Camilo Sesto pero ella lo llama Milo y como he dicho al principio el perro es super repelente, parece que no acepta que Alicia sea su nueva dueña y una usurpadora, no le hace caso, le gruñe, lo ensucia todo... Y luego con los demás es super cuqui y adorable. Es el Doctor Jekyll y Mister Hyde en perro.

Os he dicho que os iba a hablar de Nina. Es un personaje de lo más pintoresco, una amiga rusa de Alicia, que siempre va super descocada y potenciando todos sus encantos y tiene una página de contactos y presume de que es capaz de encontrar parejas perfectas en todos los rincones del mundo. Lleva tiempo intentando convencer a Alicia de que le va a encontrar a su media naranja y ella se resiste. Ha probado alguna vez, por insistencia de Nina, pero los candidatos han sido un fiasco. Así que decide darle una última oportunidad cuando ella le pasa la ficha de un chica que es "ideal" para ella. Se trata de Marco, un corso que está como un tren. al principio Alicia pasa porque sabe que eso no irá a ningún lado, ese tío tan potentorro cómo se va a fijar en ella, que es desgarbada, con cabello como una escarola, que va sin maquillar, a lo natural y que seguro que para ese hombre es el antimorbo. Aún así, por insistencia de Nina, empieza a escribirse con él cartas manuscritas, cada vez más personales y llega el momento en el que él le propone conocerse. Horror!!!!!

Cuando llega Marco, saltan chispas. Parece el hombre perfecto: Se lleva bien con Milo, algo inusual pero a la vez normal en ese perro traidor, entiende de viñedos porque trabaja en eso, es atento, cariñoso, chisposo, conquista a todos a su paso y encima está más cañón en persona. Y parece que está interesado por Alicia, algo que a ella le parece cada vez más extraño pero a la vez se lo empieza a creer un poquito. ¿Por qué no?

Mientras ellos comienzan una relación, algo ocurre en los viñedos de Alicia, una catástrofe que no os contaré. Seguiremos de cerca las preocupaciones de la protagonistas (amorosas, profesionales, problemas con sus empleados, el incordio que supone Gelabert), e iremos viendo como avanza todo. Para ser una novela romántica tiene bastante enjundia, la autora abre muchos temas: relación entre hermanas, prejuicios de las personas hacia otras por su origen, la maternidad, el duelo ante la pérdida... Me ha gustado por todo eso, porque es bastante profunda y encierra mucho temas que nos dan que pensar.

Pero no podemos perder de vista todo el humor que encierra esta novela. La verdad es que tiene diálogos super frescos y divertidos. Sobre todo de las dos hermanas. El tándem que hacen juntas me ha encantado, Alicia y Virginia viven unas situaciones surrealistas que te van a soltar más de una carcajadas, como por ejemplo cuando Alicia me confiesa a su hermana cómo ha conocido a Marco y que se va a presentar allí y Virginia pone el grito en el cielo diciéndole que puede ser un psicópata y quiere preparar trampas por si le quiere hacer algo y por supuesto no se quiere mover de allí para proteger a su hermana aunque sea a sartenazos (porque Virginia es cocinera) y luego cuando llega el corso, se queda encandilada y le falta derretirse ante la mirada atónita de Alicia. Hay muchas escenas como esta entre las hermanas que me han gustado mucho, esa unión entre las dos es preciosa, la preocupación de la una por la otra es muy bonita. Los diálogos entre Alicia y Marco son chispeantes también, incluso los diálogos perrunos que mantiene con Milo echándole cosas en cara y el perro pasando de ella te sacan una sonrisa. Esto dice mucho de la autora, ya que tiene buena mano para el drama por lo que ví en El guardián de la marea que me hizo llorar, como para el humor como en esta novela, donde también tendremos momentos difíciles, que se van alternando con escenas de pasión y comedia.

¿Cómo olvidarme de la ambientación de esta novela? Un apartado en la que la autora vuelve a destacar, ya lo comprobé con El guardián de la marea, y aquí lo he notado de nuevo. Sin haber pisado Mallorca, durante la lectura me sentía como si estuviera recorriendo esos viñedos mallorquines que cuida Alicia como antes cuidaba Alfredo. Además nos va a dar a conocer los procesos de la uva, la creación del vino, los momentos idóneos de recolección, a través de diálogos y situaciones, no de una manera pesada. También destacar las descripciones, además de los viñedos, de lugares de la casa de Alicia, de la casa de Marco (más bien su mansión) y otros rincones que puedes visualizar como si estuvieras allí.

Os preguntaréis si pasan cosas, si hay intriga y demás. Pues sí, ya os digo que esta novela tiene de todo. Porque Marco encierra un secreto y un misterio que Alicia no tardará en descubrir muy a su pesar y ver que tenía razón en muchas cosas que pensaba. ¿Será tarde para arreglarlo todo? ¿Se habrá metido Alicia en un berenjenal que destrozará su vida? He ahí el misterio! Y en cuanto a Marco, no sé decir si me ha conquistado o no, es el típico corso roba corazones que te enamora casi sin querer, sólo con sonréir, ha tenido una vida complicada y desgraciada pero también tiene mucho de lo que arrepentirse. Y hasta ahí puedo leer (o escribir). Hay veces que me he cabreado con él. Así que es un personaje que da juego y que gusta, pero Alicia es la que más me ha gustado, junto con su hermana. Mención especial a los dos secundarios que aparecen con Marco: Max y Bastien. Su padrino y su amigo que es como su hermano, que también traerán más líos a la cabeza de Alicia. Y hablando de líos en la cabeza cómo no mencionar a dos secundarios más que son dos voces que Alicia oye en su cabeza, rollo ángel bueno ángel malo y a las que les hará caso cuando le de la gana y liarán las cosas en más de una situación!

En definitiva, si buscais un libro divertido pero "con chicha", que te haga pasar un buen rato, con momentos buenos y no tan buenos, con su dosis de romanticismo, de picante, con diálogos que te hagan reir, con una buena prosa fresca y ágil que engancha, y donde vais a encontrar todo tipo de situaciones algunas surrealistas en medio de uvas y vino, no os perdáis Alicia y el teoremo de los monos infinitos. Os va a encantar!
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