Una obra muy agradecida que se lee en un suspiro, con una prosa clara, elegante, inteligente, irónica y sorprendentemente irreverente. No es una obra redonda, los diálogos de una y otra parte están claramente descompensados. Personalmente, me hubiera encantado leer la parte de Eva referente a la gran pérdida o a Caín. También hay que hacer un esfuerzo por obviar algunos de los comentarios acerca de la diferenciación de los sexos… pero eran otros tiempos.
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