Divertido y entrañable relato de Mark Twain donde le da una vuelta de tuerca a la historia de Adán y Eva. Habitualmente, el libro del Génesis es leído tanto como una advertencia, como una fuente de reproche. Aprendemos que tenemos el pecado entre nosotros por culpa de Adán y Eva-especialmente de Eva-, que desobedecieron a Dios y provocaron la Caída. También es un ejemplo del carácter de Dios en el Antiguo Testamento: colérico, vengativo, severo, para nada parecido con el Dios compasivo del Nuevo Testamento. En este relato, Twain le da un protagonismo inesperado al primer hombre y la primera mujer, y nos plantea que el amor entre ambos es suficiente para compensar la expulsión del Paraíso. Después de todo, ¿De qué sirve habitar el Paraíso si uno está solo allí? |