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Lectura interesante, aunque con algunos peros. La historia comienza con el descubrimiento de un cuadro pintado con sangre humana por un partisano durante el final de la Segunda Guerra Mundial; la comisaria Teresa Battaglia se tiene que ocupar de buscar un asesino después de setenta años. Se trata de un punto de partida interesante, pero para mi gusto poco creíble. Es decir, ¿utilizar los mejores recursos policiales para esclarecer un crimen tan antiguo? No lo creo. Hubiera tenido más sentido si hubiera sido un detective privado o algo similar, pero no la policía. En el libro lo justifican diciendo que si la prensa se entera (y siempre se entera) les van a presionar, pero no creo que fuera así. de hecho, sería más creíble que la prensa les achacara que la policía está utilizando recursos de forma innecesaria. Pero salvando este punto, la novela se va complicando con el descubrimiento de nuevos misterios localizados en Val Resia, un valle en las montañas que esconde una cultura y lengua propias que le confiere una gran personalidad. |
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