El otro

Holland y Niles, gemelos en una familia llena de tragedias, luchando para mantenerse a flote; uno bueno y otro no tanto, todos cargando sus propias cruces y a veces las ajenas.
La desgracia se cierne constantemente sobre la familia (en la sinopsis que leí hay un dato erróneo, dice “Vining y Russell Perry, padre e hijo, han sido misteriosamente asesinados” y no son padre e hijo y nada asegura que fueron asesinados).
El presupuesto me pareció muy interesante, me intrigó y me puse a leer para descubrir de qué iba aquel juego que podía convertirse en peligroso, y las primeras páginas mantenía la expectativa, la intriga, es verdad que ya desde el principio sentí que a fuerza se ser tan original era bastante confuso seguir todos los hilos y más cuando el narrador casi esta pegado a los personajes, no los deja respirar. Yo no lo catalogaría como un libro de terror, pero un poco espeluznante y macabro sí que es. de tanto mantenerme en suspenso perdí el interés más allá de la mitad del libro, se volvió aburrido, volviendo sobre lo mismo, dando la información tan gota a gota que no calmaba la sed.
Tengo que reconocerle que el giro definitivo no lo vi venir, tal vez estaba en mis ojos, pero no lo vi. La cortina de humo de los pequeños giros me mantuvo satisfecha de haber cogido el truco y me engañó. Hacia el final vuelve a resultarme interesante, pero en mi opinión, algo en la estructura falla, el final está en las tres cuartas partes del libro no “al final”, ya todas las demás explicaciones sobran, ahí perdió un buen golpe de efecto. de tanto suspenso deja cosas por decir.
Me partió el alma Alexandra, la madre de los gemelos, tan frágil, con tantas certezas. Me gustó Ana (la abuela), tan fuerte, tan cariñosa y tan decidida.
Adore a Niles y Holland me da mucha lástima.