Montero y Truc firman una suerte de "polar francés" a cuatro manos, una trama policiaca ambientada entre Barcelona y Lyon que se queda descafeinada demasiado pronto aunque no nos despegamos de ella hasta el final gracias a su brevedad. Según los propios autores "un experimento literario que hace gala de la química que nació entre ambos". Una química que trasladada al negro sobre blanco ofrece menos fuerza de lo que promete por, entre otras cosas, los temas actuales (trata de blancas y oleada de refugiados ucranianos) metidos con calzador y el sentido del humor anodino. Intentan otorgar dinamismo a mitad de aventura, incluyendo algún personaje por sorpresa y haciendo más interesante el de Anna Ripoll, pero todo destila muy poca originalidad. Aún así, gracias a su brevedad es una lectura entretenida para amantes del género. |