Una cabeza llena de fantasmas

Hoy os traigo una lectura que trata el tema de las posesiones demoníacas y de los exorcismos desde una óptica diferente. Si bien el tema central es ese, en este libro los medios de comunicación juegan un papel fundamental porque aportan otro punto de vista al asunto y nos ofrecen un espectáculo creado para un público amplio y deseoso de nuevas sensaciones. El terror, la religión, la demencia y las cámaras de televisión, todo forma un batiburrillo dónde cualquier cosa puede ser verdad o puede que no.
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Los Barrett son una familia aparentemente normal. Su hija mayor, Marjorie, de 14 años, comienza a mostrar síntomas de esquizofrenia que los médicos no consiguen controlar. La situación es cada vez peor y el padre pide ayuda a un sacerdote de su iglesia para practicar un exorcismo. Y además y debido a los problemas económicos que sufre la familia, aceptan la oferta de una productora de reality shows para grabarlo todo. La historia es narrada por la hermana menor, Merry, quince años después, y a medida que va recordando vamos sabiendo cómo vivió una niña de 8 años esos terribles acontecimientos. Los recuerdos de Merry están llenos de miedos y angustias, miedo a su hermana y sus brotes psicóticos y angustia de no poder hacer nada ante la progresiva desintegración de su familia. Y todo retransmitido por televisión, para que todos puedan asistir en directo al horror de un drama familiar que a ellos no va a quitarles el sueño.
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El personaje de Merry es muy interesante. Vemos a través de sus ojos todo lo que sucedió en aquella casa hace quince años. Y ahora, en el presente, Merry va destapando recuerdos que creía olvidados y que vuelven de repente a la menoria. Y puede que todo no fuera como ella contó. Y puede que no sucediera todo como dice que sucedió. Esa ambigüedad es la que hace interesante la historia. Realidad y ficción, ciencia y religión, opinión pública y recuerdos empañados por el paso del tiempo, y la pesada carga que esos recuerdos conllevan.