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Queridos, lectoadictos de todas las creencias políticas, sexuales, filosóficas, costumbristas, lectores blancos, negros, amarillos, de todos los colores del planeta, Christian me trae de cabeza, y nunca mejor dicho, porque en Masa Crítica me enviaron este ejemplar que no me atrevía ni a abrirlo, y eso que lo elegí yo mismita. Periodista, crítico de cine y podcaster, con una experiencia de más de 20 años cubriendo noticias en Hollywood, nos revela de una manera muy detallada el mundo woke. El origen de esta palabra, woke, está estrechamente asociado con las luchas sociales afroamericanas: aunque ya se usaba con fuerza el concepto wake up (“despierta”) estar alerta a la injusticia racial, desde hace mucho tiempo atrás. Lo que he leído va más allá de todo eso. A mis escasos años de vida en este planeta no es que sepa mucho de política y nunca mezclaría la literatura con ella, pero OMG, está más enredada de lo que me hubiese gustado averiguar. Este ejemplar es todo un enorme plot twist, hoja tras hoja y si ya me encuentro con mi Taylor Swift, me morí. ¿Un corte de manga a la cultura woke? Quizás, o no. ¿Un riesgo? No lo dudes. ¿Dispuestos a tomar cartas? Mira, en esta vida lo único que nos queda es el individualismo, el ser único y defender lo que uno cree. Es un riesgo seguro, no te quepa duda, pero en ello está la superación. Este libro hace un recorrido por la fábrica de sueños de Hollywood, las restricciones, la cultura woke y sus políticas de identidad. Toto analiza dónde se equivocó Hollywood y qué esperanza alberga el futuro. Esta cultura apuesta por escenarios y circunstancias en la que la industria se nutre de un chute de dopamina al ver que genera un cash impresionante, así que, ¿por qué no estirar el chicle? Esto me lleva a la literatura, en el que secuelas, precuelas, spin-off, continuaciones desde el punto de vista de cada personaje del mismo libro se editan hasta el hartazgo, y me pregunto: ¿Cómo se distingue una obra virgen? ¿Qué nos queda de real? No existe izquierda sin derecha, no existe consumismo sin preferencias. |
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