Toda una sorpresa esta novela. La empecé sin ningún tipo de expectativa y sin ni siquiera tener muy claro de qué iba, pero nada más avanzar unas pocas páginas ya me di cuenta de que estaba ante una historia que prometía. Y no me equivoque. "El suicida que no podía morir" es una trama policiaca muy bien hilada, con un elenco de personajes a cual más potente y un narrativa ágil y sin fallo que permite que la historia se desarrolle con frescura, dinamismo y un ritmo trepidante. Ambientada en las calles de Donostia, el autor logra trasladarnos allí con sus descripciones, concretas y en su momento justo, con una medida del tono y la forma más que notables. No le encuentro fallo a esta novela: personajes bien desarrollados y relacionados entre sí, buenos giros y sorpresas, diálogos potentes, clifhungers en el momento justo, escenario bien definido, lenguaje correcto... Un libro más que recomendable en todos los sentidos. |