El libro se me ha hecho pesado a ratos (porque soy neófita en esta afición a la pesca con caña), pero hacia la mitad del libro me enganché y encontré más alicientes, tanto que veía incluso los salmones plateados nadar a contracorriente y saltar y sentía el bochorno del desierto. Es una fábula moderna surrealista en forma y fondo, irónica como las comedias británicas (me ha recordado Tom Sharpe). Pienso que si se hace una versión cinematográfica sería más creíble porque encuentro muchas lagunas sobre todo al principio.
|