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Cuando lo empecé me impactaron sus primeras páginas. ¿Quién no se sentiría estremecido al leerlas? Morrison no trata de mantener suspense sobre el drama de la historia, desde el principio nos anticipa el horror que flota en la historia: Pecola, apenas una niña, está embarazada de su propio padre. Con esa tragedia flotando, la autora aprovecha para denunciar multitud de factores a través de varias voces muy diferentes, siempre con la realidad de las personas afroamericanas de fondo, y con la infancia como uno de los hilos conductores. Duele sentir el autodesprecio nacido del ambiente que rodea a Pecola, una niña acostumbrada a vivir rodeada de violencia y que tiene la ingenua esperanza de que si sus ojos se vuelven azules, ella será por fin bonita y todo a su alrededor irá mejor. La edición que he leído incluye un epílogo final por parte de la la propia Toni Morrison que explica los motivos por los que, años después, no se sentía a gusto con la novela y le llevaron a revisar el texto, logrando así un resultado más conforme a sus objetivos. Totalmente recomendable conocer esa parte final y para disfrutar y entender mejor la novela. |
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