Una obra magnífica sin duda. Reconozco que me llevo mejor con la paz que con la guerra, las escenas donde esta se describe, si bien interesantes, se me hicieron cansadas, seguramente porque termino perdiéndome entre lugares y personajes reales y ficticios, así como esa costumbre de que el nombre ruso tiene unas 5 formas diferentes de mencionarse. En todo caso, es uno de esos clásicos que no se puede dejar de leer, nos devela aspectos de la guerra tan humanos que es imposible dejar de reflexionar de cómo se siguen cometiendo los mismos errores en aras de la ambición de unos pocos a costa del resto del pueblo y del mismo ejército. “Caballo que está enganchado a una rueda de moler piensa que de manera completamente libre y voluntaria adelanta la pierna derecha o la izquierda, levanta o baja la cabeza y avanza porque desea subir arriba, del mismo modo que todas esas innumerables personas que tomaron parte en esa guerra, que temían, se henchían de orgullo, se acaloraban, se indignaban, pensando que sabían y que hacían, no eran más que caballos avanzando lentamente por la enorme ruedas de la historia cuyo trabajo estaba oculto para ellos, pero es comprensible para nosotros” |