Cuento de Tolstoi perfecto para los que quieran conocer un poco el estilo del autor. No tiene nada que ver con sus novelas en las que resulta mucho más extenso y descriptivo, pero sí muestra su característico estilo. Se lee en un momento y aunque no parece una historia demasiado profunda, tiene un mensaje final que se queda grabado en el lector y es que: no hay nada que tenga más valor, que la vida de una persona. En definitiva, sigo disfrutando con Tolstoi siempre que leo algo suyo. |