After. Amor infinito

Descubrir de repente que toda tu vida es una mentira no es fácil. Y si es la de Hardin Scott puede ser hasta peligroso. Las revelaciones del final del tercer libro lo llevan al límite. ¿Será capaz de recuperarse antes de quedarse sin nada?
Hardin es el que más protagonismo tiene en este libro. O el que tiene la evolución más llamativa. Hardin es un chico que se ha odiado a sí mismo y al mundo entero. Hasta que aparece Tessa y le enseña que el mundo no es tan oscuro. El problema es que lo que el pensaba que era su vida es una mentira. al menos es así como se siente cuando se entera de lo de Vance. Su vida hubiese sido diferente si los adultos que lo rodeaban hubiesen sido valientes. Pero no lo fueron, y él fué un daño colateral. Entiendo la furia que lo atraviesa. Pero Hardin tendrá que poner su vida en perspectiva y analizarla. Evoluciona muchísimo a lo largo del libro. Pasa a ser un Hardin que ha aprendido mucho, uno totalmente diferente al que era en aquel lejano primer libro. Un Hardin lleno de esperanza. Tessa también tiene lo suyo. Es una chica que me gustó en el primer libro, pero que ha retrocedido desde entonces. En este libro se recupera un poco, pero sigue sin caerme bien. Tessa se cierra en sí misma. Se rinde, porque hay un número limitado de veces que puedes dejar que alguien te haga daño. Y ya ha llegado a ese límite. Se da cuenta de que la vida no es tan sencilla como pensaba. Que los planes a largo plazo no tienden a salir como uno quiere. La vida da mil vueltas y muchas cosas pueden cambiar. En este libro, Tessa se da cuenta de que ya no se conoce a sí misma, de que ya no sabe quién es ni qué quiere. Ahí está la evolución de Tessa. Una evolución que sí me ha gustado mucho, llena de valentía y de coraje. Coge el toro por los cuernos y decide salir al mundo para descubrir quién es. Esta parte me ha gustado mucho. ¿Qué es lo que no me gusta? Que es muy terca, se vuelve muy cínica y a veces se enfada por cosas nimias y sin sentido. A veces me parece que siempre está buscando alguna excusa para sentirse herida. Quiero tratar tambien de Landon. Una relación como la de estos dos, acaba siempre por afectar a todos los que están a su alrededor. Es algo que he visto desde el principio. En este libro, Landon deja ver cómo le ha afectado a él. Además de que es un chico fiel y simpático, con un corazón de oro. Esos han sido los motivos por los que me ha gustado mucho. También lo ha hecho el padre de Hardin, que tiene algún momento a corazón abierto. O la madre de Tessa, de la que sabremos por qué es como es. Ahora la detesto menos. O Smith, que es el niño más dulce del mundo. La historia vuelve a ser la de una relación de amor dañina, pero evoluciona, convirtiéndose en una historia muy bonita. En este libro da un paso al frente, madura y se observa a sí misma para aprender de sus errores. Tanto él como ella intentan no volver a caer en ese mismo patrón que les ha llevado al desastre una y otra vez. Pero también es la historia de dos personas individuales que tendrá que aprender quiénes son y quiénes quieren ser. Es una historia de esperanza, de lucha, de superación. Me gusta que no se haya centrado tanto en la relación en conjunto, sino más en ellos por separado, con muchos monólogos interiores que nos ayudan a ver esa evolución. La vida de ninguno de los dos es perfecta, lo ven, se dan cuenta, y deciden hacer algo por conseguir que sea la mejor vida posible, estando en paz con todos y, sobre todo, con ellos mismos. La narración vuelve a combinar las primeras personas de Tessa y Hardin en capítulos alternos. Me gustan las historias de amor difíciles en la ficción, me encanta ver como los personajes evolucionan y se esfuerzan por convertir esa relación en una sana. Un final que me ha dejado muy satisfecha. Lleno de una gran evolución en la relación, pero también en cada personaje de forma individual. Un libro que va más allá del romance, centrándose en el individuo y en el esfuerzo personal. Lleno de momentos dulces, pero también de sufrimiento, que ayudarán a crecer a los personajes.