Perdidos en Nunca Jamás

Los hermanos Darling desaparecieron hace cinco años. Wendy regresó, los niños no. Por eso, cuando los niños de Astoria comienzan a desaparecer de nuevo, el caso vuelve a colocarse en el foco de atención.
En estas circunstancias, Wendy recibe la visita de un chico cuya existencia parece imposible y que le dice que, de no actuar, los desaparecidos tendrán el mismo destino que sus hermanos.

Es cierto que no he empatizado mucho con Wendy; me ha caído mal en general, pero su perspectiva es muy interesante. A través de sus ojos, Aiden Thomas crea una novela turbia; la joven no recuerda nada de su desaparición, Peter aparece en los momentos más inoportunos, los niños desaparecen y hay una presencia turbia.
Me hubiera gustado que los personajes secundarios tuvieran más importancia. Jordan, la mejor amiga de Wendy, apenas tiene relevancia, y aunque conocemos a los padres e incluso los hermanos de la prota, hubiera estado genial que tuvieran más peso.

El estilo te mete de lleno en un mundo turbio y engancha enseguida. Los giros del final me han sorprendido mucho, aunque era algo que ya conocía por teorías Disney y demás (no digo nada por no hacer spoilers).
Es un libro muy cortito y tiene ese rollo que me encanta, repleto de desapariciones y misterios. En ese aspecto, lo he disfrutado un montón.

La edición que se ha marcado la editorial está muy chula; me encanta que las editoriales trabajen tanto sus libros.

Si os gusta este tipo de libros, Perdidos en Nunca Jamás es genial. Me ha gustado mucho, a pesar de todo.