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Libro escrito en 1948. Robert, abogado en un pequeño y apacible pueblo británico, recibe una llamada de Marion, una mujer de pocas palabras que vive con su madre en una decrépita hacienda a las afueras del pueblo. Las Sharpe acaban de ser acusadas de secuestrar a una recatada jovencita llamada Betty Kane. Las declaraciones de la chica, al principio bastante improbables, cobran fuerza con las minuciosas descripciones del desván de los horrores donde supuestamente la tuvieron retenida. Y Robert Blair, convertido a la fuerza en detective amateur, deberá desentrañar este paradójico caso, que ni tan siquiera el Inspector de Scotland Yard, Alan Grant, es capaz de comprender. Una historia curiosa con una buena ambientacion y a pesar de ser una novela detectivesca (entre comillas) no esperes grandes giros y momentos de tensión pues lo que la caracteriza es el tono pausado y sosegado de su trama. A mi personalmente me ha gustado pues es un libro completamente diferente a los que suelo leer. Me ha gustado esa calma que transmite, esos diálogos y mentalidad de un pueblo británico de antaño, esos personajes, y, sobre todo una gran crítica social al daño que pueden hacer las habladurías y los medios de comunicación |
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