 |
«Mi madre nos quería hasta la locura. Hasta la desesperación. Por eso nos arrancó los ojos. Era el precio de soñar que podía salvarnos así la vida.» Así comienza Legado de plumas, la novela corta de terror de Marina Tena que inauguró en 2018 el Proyecto Válidas de Literup, una iniciativa para mostrar protagonistas con incapacidades. Una lectura adictiva e inquietante que juega con la ceguera de su protagonista, que es también nuestra narradora, para envolver en sombras el perturbador mundo que la rodea y describirlo únicamente a través de los demás sentidos agudizados. Con esto consigue manejar la tensión a su antojo y jugar con esa atmósfera brillantemente construida sin descripciones visuales, al punto de llegar a resultar asfixiante en determinados momentos. Me ha parecido muy bien llevada la manera que tiene de dejar ciertos detalles a la imaginación del lector, ya que la propia narradora carece de toda la información, y esa confusa pero palpable línea en la moralidad planteada, con un epílogo magnífico que da para reflexionar un buen rato. |
>
