¡Qué libro más bonito! Desde la edición, ilustraciones y... ¡las cartas! Empezamos con el elefante, la hormiga y la ardilla mandándose cartas, aunque cada vez se irán animando más animales (y algún que otro objeto como la carta, mesa o el sol). Cada animal tiene su rol, por ejemplo el pulgón es muy tímido. Y no todos los animales están con el mismo ánimo, a veces están tristes y hablan sobre ello a través de sus cartas. La primera carta de la ardilla fue un tanto caótica, escribía frenética sus pensamientos sin ordenarlos, aunque después le fue cogiendo el tranquillo y el receptor entendía lo que quería decirle. El elefante consiguió su baile, la hormiga su miel y el oso sus tartas. Y el topo decidió que con mandarse cartas a sí mismo tenía bastante. Es un libro muy bonito que muestra una tradición que parece que se ha perdido en el tiempo: el poder de las cartas (y de la escritura). Tiene reflexiones muy bonitas y situaciones divertidas. Me ha encantado. |