Novela muy corta, epistolar, segunda guerra mundial, descorazonadora, escrita en 1938, censurada... Si cualquiera de estas descripciones son de vuestra atención, por favor conseguid este libro y leedlo, porque no os vais a arrepentir. No voy a contar prácticamente nada de él. Solo diré que es un libro escrito en 1938, que se atrevió a contar lo que todo el mundo silenciaba a través de unas cartas intercambiadas por dos socios: un judío y un alemán. Que la crudeza que reflejaba, obligó a Katherine Kressmann Taylor, su autora, a adoptar un pseudónimo masculino porque no iba a estar bien visto que eso lo escribiese una mujer (si, estamos en 1938 no en el siglo XIX). Se tarda en leer una hora, o incluso menos. Una lectura que a pesar de su brevedad, es imposible que te deje indiferente por lo qué cuenta, por cuándo lo cuenta y por cómo lo cuenta. Os animo mucho a leerlo. |