BLANCO Y NEGRO

“El 25 de noviembre era el viernes. Viernes, y el último día del mes según el calendario lunar” ~ Blanco y negro de Tanizaki Junichirō.

Nos vamos a Japón con Mizuno, un escritor que entrega a su editorial la obra “Hasta que cometí un asesinato” en la que el personaje mata a un hombre. Sin embargo, Mizuno comete un error que nadie corrige y es que cambia uno de los nombres del muerto por el de una persona que conoce. A partir de ese momento comienza a sospechar que alguien puede asesinar a esa persona y cargarle el muerto así que inicia un contraataque para demostrar su inocencia de unos hechos que aun no han sucedido.

Mi relación con los autores asiáticos es un tira y afloja. No lo niego. Pensé que porque estuviese escrito en 1920 iba a encontrar otra sociedad distinta pero no, me he topado con la misma adicción al alcohol, con su afición a los clubs de alterne y con unos razonamientos internos por parte del personaje principal que me han sacado de sitio. Eso sí, los momentos de luz han sido maravillosos porque el libro está escrito de una manera sublime; otra cosa es que a mi me hayan sobrado páginas y que el final me haya dejado con dudas.

Tiene momentos simpáticos tipo Wilt de Tom Sharpe y de crítica, a veces negativa y a veces positiva, a las sociedades occidentales. Si os gustan las novelas asiáticas, esta es buen plan. Si os pasa como a mi, ya sabéis lo que vais a encontrar.