El almanaque de mi padre

Conocí la obra de Jiro Taniguchi (1947-2017) hace unos años cuando buscando un regalo para novio-san, un librero me recomendó uno de sus mangas, ‘Barrio lejano'. El éxito fue tal que, en pocos meses, él que es bastante minimalista, se hizo con toda la obra de Taniguchi y eso dice mucho. Como siempre me ha dicho que ‘El almanaque de mi padre' es su historia favorita, me la he dejado para el final y después de años… la he leído y ¡me ha encantado!
 
El dibujo de Taniguchi es sencillo pero lleno de detalles, tradicional podríamos decir, pero, sobre todo, es bonito. Sus historias son de personajes, muy centradas en las emociones y normalmente tienen un componente nostálgico grande en torno a una pérdida o un arrepentimiento. O ambas, como es el caso de este título.
 
Un detalle que me gusta de este autor es que ambienta muchas de sus novelas en su ciudad natal, Tottori, lo que permite adentrarnos de lleno en un Japón rural, diferente en estilo de vida, mentalidad de sus gentes e incluso estructuralmente opuesto al de las grandes urbes que nos es más conocido.
 
‘El almanaque de mi padre' nos muestra como Youchi, un hombre adulto, debe volver, tras evitarlo durante años, a su ciudad natal para asistir al funeral de su padre. Se ha refugiado en su matrimonio y su trabajo en Tokio para marcar una separación con “todo lo anterior” y es que algo sucedió en su infancia-juventud… Ahora, a través de las jornadas de encuentro con familiares y amigos que propician los rituales de velar el cuerpo del fallecido, el funeral… Youchi conocerá a su padre de la mano del recuerdo de aquellos que le conocieron y le quisieron. A través de estos recuerdos, y de que salgan a la luz numerosos secretos familiares, Youchi se dará cuenta de que su recuerdo no es el mismo… ¿acaso ha estado confundido todos estos años? ¿Ha perdido la oportunidad única de pasar tiempo con su familia?
 
A través de recuerdos de su infancia, conoceremos la vida en Tottori en los años posteriores al final de la II Guerra Mundial, marcados por la presencia de los estadounidenses, un país que debe levantarse física, moral y económicamente, la llegada de cosas e ideas provenientes de occidente (modas, tecnología, música…), también hechos históricos que marcaron la vida la ciudad como el gran incendio que la asoló pero sin perder ni un momento de vista el carácter eminentemente humano de la novela: el día a día de una familia, de un matrimonio, de una vecindad.
 
Una historia que anima a reflexionar sobre la forma en la que vemos a nuestros padres, en ocasiones, solo somos capaces de concebirlos en relación con nosotros mismos y no como las personas que son. ¿Llegamos algún momento a conocer a nuestros padres?
 
Una preciosa y conmovedora historia de esas que se quedan en el corazón que nos muestra la importancia de la familia y de las diferentes formas que esta puede tomar, de saber escuchar y perdonar, pero también las consecuencias de vivir con rencor, de huir… Un recuerdo a la importancia de gestionar el dolor y de estar cerca de los nuestros mientras podamos.
#Taniguchiforever, nada más que decir.
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